Oración del 5 de Julio

Querido Padre Universal, arquitecto del firmamento y la tierra, dueño de mi esencia, mi espíritu y mi corazón: La bóveda celeste se engalana de azul pregonando el alba y, con las primeras luces del astro rey, me acerco a Ti en gratitud por todas las maravillosas bendiciones y regalos que prodigas en mi existencia.

Mi apreciado Señor, agradezco tu presencia y compañía, pues únicamente en Ti halló consuelo a mis penas, solamente Tú mitigas mi ansiedad y solo en tu sacro refugio mi alma halla serenidad.

Por ello, Señor, hoy recurro a Ti, para humildemente confiar en tus manos todo lo que poseo, todo lo que represento y todo lo que amo: mi existencia, mi hogar, mi familia y mis amigos.

Por favor, infúndenos vida en cada amanecer, atiende nuestras súplicas, otórganos tu paz y tu fortaleza. Por favor, convierte el desánimo en esperanza, la angustia en alegría, la enfermedad en bienestar y las necesidades en bendiciones y abundancia.

Te ruego que nos acompañes en este y en cada día de nuestro peregrinar, guía nuestras acciones, líbranos del peligro, del adversario, de las injusticias y siempre nos defiendas de todo daño.

Por nuestra parte, brindaremos siempre lo mejor de nosotros con un esfuerzo incansable y al mismo tiempo depositaremos nuestra confianza en Ti y en tu voluntad, pues tus tiempos son perfectos y tus designios son maravillosos, y quienes ansían verme desfallecer tendrán que presenciar cómo Tú me tomas en tus brazos, me das vida, me salvas y me bendices.

Señor, si en mi vida tuviera un solo deseo sería que Tú siempre te mantuvieras a mi lado, porque tu presencia me fortalece y me renueva. Querido Dios, creo en Ti y en Ti confío con fe; gracias por escuchar mi oración, por tu amor y por tu infinita clemencia, Amén.

Realizar esta oración con agradecimiento, ilusión y gozo te acercará al Señor y te permitirá expresar tu gratitud por su generosidad, por todos los dones y obsequios que Él te entrega cotidianamente, y pedirle que continúe dirigiendo tus pasos por senderos de victoria y bendición. Confía, vive en tranquilidad y deleita tu ser en el Señor, pues Él te ama, te resguarda y te concederá los anhelos de tu corazón; solo espera con fe en Él y Él sabrá obrar.

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